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¿Nací o me hice vendedor?

Mi vida en el mundo de las ventas comenzó cuando estaba en la primaria y tenía ocho años.

Mi madre me enviaba el mismo refrigerio todos los días, el sazón era bueno pero después de comerlo diariamente ya me había cansado. Me afligía el pensar que el resto de mi primaria iba a comer la misma colación, y no es que subestime la comida pero la monotonía cansa. La necesidad de querer probar nuevos alimentos me cambió la vida, porque me llevó a aprender técnicas de trueques y comercialización.

Mi estrategia era ofrecerles a mis compañeros el paquete completo que incluía sándwich, jugo y postre a un precio bastante atractivo. Les daba degustaciones de pan para que probaran y se terminarán de convencer. Siempre funcionaba para obtener dinero y poder comprar comida en la cafetería de la escuela. Lo malo fue que después de varios años comencé a subir de peso por la comida chatarra y luego ya no podría adelgazar, pero esa es otra historia. Gracias a la curiosidad de probar nuevos tentempiés aprendí a vender desde muy temprana edad. Se dice que uno de los motivadores más grande que existe es el hambre.

El gran gusto por las ventas fue uno de los motores que me sirvió para elegir la carrera que estudié Mercadotecnia y Relaciones Comerciales. Me ayudó a elegir mi profesión y el interés por el comercio.

En mi carrera profesional he vendido tantas cosas que una vez un jefe me dijo que era muy bueno y gracias a mi gran capacidad podía vender arena a los árabes. En mi primer trabajo vendía por medio de tele marketing servicios de cable, televisión e internet. Después fui asesor publicitario en el periódico chivas, mis principales funciones eran ofrecer espacios promocionales dentro de las ediciones y asesorar a los clientes con mi experiencia en marketing. Fue todo un gran reto convencer a la gente de algo que era intangible al momento de la compra. Tenía que hacer bocetos y borradores de cómo se iba a ver publicado, esta técnica me ayudaba a cerrar las negociaciones. Después tuve la oportunidad de entrar a Hispanic Tv Performances donde fui entrenador de un equipo de 16 personas de diferentes edades en el cual les tenía que asesorar y enseñar a vender servicios al mercado anglosajón. Fue todo un reto inspirar, motivar y hacer que las personas creyeran que en verdad tenía talento para vender. En lo personal ha sido una de las más grandes experiencias porque no solo fui su jefe si no que me convertí en su amigo y me quedó muy marcada la experiencia.

La nueva era de las ventas

La forma de vender ha cambiado y estamos en la nueva era de la comunicación donde se facilita la persuasión e interacción entre los clientes. La tecnología ha avanzado, la globalización ha incrementado y el capital humano está más preparado. Pero no todo es color de rosa, nuestros empresarios están preocupados porque la competencia ha crecido, los costos de producción han aumentado y el mercado se ha contraído. Las empresas dirigen sus estrategias para estudiar su mercado e innovar nuevas ideas para incrementar sus ventas. En la actualidad debido a la gran cantidad de competidores comerciales hemos cambiado la forma del comercio.

El mercado cada vez es más exigente y complejo, buscamos productos de mejor calidad al mejor precio. Esto hace que se vuelva un reto comercial donde se involucren los departamentos de mercadotecnia, ventas, compras, y entre otros. Los consumidores buscamos toda una experiencia de vida, que vaya más allá de una simple compra, deseamos sentirnos involucrados para satisfacer nuestras necesidades. Nuestros clientes se dejan llevar más por los impulsos y las corazonadas que por la lógica, quieren recibir emociones positivas que estimulen su cerebro. Se han creado nuevas tendencias para estimular y captar la atención. Se llama aromaterapia o marketing olfativo basado en un estudio se utilizan aromas para provocar efectos positivos en los clientes. Está tendencia va más allá de un simple olor, hay que saber determinar qué aroma será el indicado para nuestro segmento. Debemos identificar por qué utilizarlo, hacer un análisis de los efectos, lograr que el aroma conviva en armonía con todos los elementos del punto de venta.

Como referencia tenemos un estudio De la Universidad de Rockefeller de New York , reveló que el ser humano recuerda

El 35% de lo que huele

El 5%de lo que ve

El 2% de lo que oye

El 1% de lo que toca

¿Cuántas veces hemos comprado algo que no necesitaban?

La razón porque compramos algo que no necesitamos, es debido a que nos dejamos llevar por el momento de alguna buena promoción o descuento. A los seres humanos nos gusta sentir, palpar e interactuar cuando estamos en un proceso de decisión de compra.

Es algo complejo pero a su vez interesante porque las empresas están invirtiendo millones de pesos en publicidad impresa, radio, televisión e internet para bombardear su mercado meta. Nos encontramos viviendo la nueva era de las redes sociales que nos están aportando aspectos benéficos a las nuestras empresas; mejores relaciones e interacciones con los clientes potenciales, Incremento de ventas, mayor presencia de marca y acceso a más clientes a un menor costo (Nosotros)

En mi punto de vista, las ventas son un arte; primero se debe tener un buen producto para ofrecer, segundo el vendedor debe ser bueno para saber persuadir las principales características y tercero crear una necesidad que el cliente no sabía que tenía. Las tres en conjunto hacen la magia de la venta.

Las características que debe tener un vendedor son motivación, entusiasmo, tenacidad, facilidad de palabra, carisma y muchas cosas más.

Un vendedor debe ser un experto de lo que está ofreciendo y conocer su producto perfectamente. Necesita disfrutar de lo que hace y se debe apasionar por su trabajo. Lo interesante es que entre más nos dicen que no, más buscamos la manera de que nos digan que sí. Se dice que para cerrar una venta se necesita recibir siete veces no, para obtener un sí.

Los vendedores somos una parte importante dentro de una compañía, somos el motor que le da vida y le damos liquidez a las compañías. Sin ventas no hay negocio, esa es la realidad. Independientemente de cual sea nuestra profesión debemos prepararnos para saber vender nuestro trabajo. Conozco muchos doctores, odontólogos, abogados y otras profesiones que les cuesta mucho desarrollar esta parte de las ventas y saber ofrecer su propia marca. No solo vendemos cosas tangibles sino también ideas, pensamientos, propósitos y un sinfín de cosas.

Exhorto a que conozcamos primero nuestras habilidades y características que nos diferencian de los demás. Explotemos esos dones y preparémonos para ser mejores profesionistas, esto nos ayudará a tener mayor éxito en los negocios. Todo es cuestión de querer y empezar hacer acciones. El sol sale para todos y más en este país de oportunidades.

Existen muchas maneras de apoyarlos y estimularlos desde pequeños. No importa el proceso si no el resultado.